Quizás Little Hells no esté a la altura de la trilogía inicial de Marissa Nadler ya que el listón estaba muy alto. Algo discutible, pero si que la confirma como uno de los máximos exponentes (quizás junto con Joanna Newson) del dream-folk o weird-folk o simplemente de la denominada americana. De padre escritor y madre pintora, a Marissa le dío por seguir la senda de su madre y estudió pintura en la Escuela de Diseño de Rodhe Island. Sin embargo, afortunadamente para nosotros, no tardó en darse cuenta que tenía un talento innato para escribir canciones.
Su música atmosférica, en ocasiones casi claustrofóbica, se nutre con los instrumentos clásicos del folk: desde su predominante guitarra acústica a través de la cual logra mostrarnos con el acierto habitual los pasajes más íntimos del disco (Little hells, Ghosts and lovers o Brittle, crushed & torn), pasando por el piano y teclados como en The hole is wide, secciones de viento y alguna guitarra eléctrica como la que marca el ritmo en el certero single River of dirt. Sin embargo es su embriagadora voz la que transforma sus canciones en hipnóticas.
Las letras de Nadler suelen estar llenas de personajes idílicos con inspiraciones casi medievales que parecen fruto de su imaginación, que junto con las ensoñadoras e intimistas melodías hacen de sus canciones verdaderas experiencias sensoriales como Mistress, el tema que cierra su cuarto disco, otro más en su impecable carrera. Quizás el de la confirmación de que nos encontramos ante una de las artistas con más talento de la excena folk americana. Y si, lo voy a decir: Marissa Nadler es mejor que Joana Newson, aunque lo más cool sea decir lo contrario.
Su música atmosférica, en ocasiones casi claustrofóbica, se nutre con los instrumentos clásicos del folk: desde su predominante guitarra acústica a través de la cual logra mostrarnos con el acierto habitual los pasajes más íntimos del disco (Little hells, Ghosts and lovers o Brittle, crushed & torn), pasando por el piano y teclados como en The hole is wide, secciones de viento y alguna guitarra eléctrica como la que marca el ritmo en el certero single River of dirt. Sin embargo es su embriagadora voz la que transforma sus canciones en hipnóticas.
Las letras de Nadler suelen estar llenas de personajes idílicos con inspiraciones casi medievales que parecen fruto de su imaginación, que junto con las ensoñadoras e intimistas melodías hacen de sus canciones verdaderas experiencias sensoriales como Mistress, el tema que cierra su cuarto disco, otro más en su impecable carrera. Quizás el de la confirmación de que nos encontramos ante una de las artistas con más talento de la excena folk americana. Y si, lo voy a decir: Marissa Nadler es mejor que Joana Newson, aunque lo más cool sea decir lo contrario.
"River of dirt"
Little Hells (2009)
Marissa Nadler
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