Vivimos tiempos en los que la venta de discos está por los suelos, con su lógica: productos de baja calidad, mal presentados, publicitados hasta el extremo, olvidables al minuto dos tras su compra y radiados hasta la extenuación, cuando ya no se les puede sacar ni una gota. Uno acude a las grandes superficies y se encuentra con gran cantidad de discos: buenos, malos, mediocres, neutros, clásicos… ¿Cómo hacer el cribado?
Hoy en día internet es un arma muy poderosa para ello. Al contrario que a la mayoría de los usuarios, cuando me bajo un disco y éste me gusta, termino comprándomelo. Sin embargo, la red es un invento reciente. Antes, la única referencia eran la radio y las revistas; era un tiempo pasado que no sé si fue mejor, pero que, sin duda, era muy diferente. Ahí, la tienda de discos jugaba un papel fundamental. Recuerdo con cariño conversaciones musicales en las tiendas de mi ciudad, en las que el dependiente me aconsejaba, en función de mis compras anteriores, lo que me podía gustar y lo que no. Hoy, tristemente, sólo queda una de aquellas, y tiene más interés en vender mucho que en vender ‘bien’, cosa que, en cierto modo, también puedo llegar a entender.
Pero todavía quedan reductos que, por mínimos que sean, merece la pena explorar. En mi último año de estudiante, cuando faltaba a clase, me pateaba las tiendas de discos de Coruña, en busca de discos interesantes. En esa época, me compraba vinilos (antes de que se diera el resurgimiento del formato) a pesar de no tener plato (porque soy una persona muy ‘consecuente’). Un día, entré en una de las pocas tiendas que los tenían y fui ojeando uno a uno, todas sus portadas, deteniéndome en la observación, buscando sin rumbo fijo, un poco “a ver que encuentro”. Me topé con el Rattlesnakes de Lloyd Cole and The Conmotions, un disco de jangle pop de los ochenta un poco de culto (qué termino tan trillado). Mi mayor sorpresa llegó al ir a pagarlo: “¿Me llevas esta joya?”. El dependiente, un hombre más bien mayor, que tenía más pinta de escuchar a José Luis Perales que a los Beatles, parece que sentía especial devoción por aquella pieza. Lo cogió y me dijo: “¿Lo ponemos?”. Contesté que sí, claro. Comenzaron a sonar los acordes de Perfect Skin y ambos nos quedamos como bobos escuchándolo un rato. Se lo pagué y me fui, pero me llevaba algo más que un LP, también me llevaba una sensación.
Puede que una gran superficie, encuentre más discos, que estén más ordenados, que el acceso a la música sea ágil, pero puede también que me pierda sensaciones, que la música deje de ser un nexo de unión entre la gente para ser un simple objeto de consumo. Al fin y al cabo, el último disco de Fabián (por ejemplo) no se encuentra en ninguna gran superficie, así que para no encontrar de todo, prefiero el calor de una vieja tienda, en la que al menos me sienta como en casa. A lo mejor es que me hago viejo...
Athelas Said,
Yo también soy de las que se compra un disco si le gusta, cuando la economia me lo permite claro. En León no quedan (creo que solo una y da penica verla...) tiendas de musica (mucho menos con vinilos) y en Salamanca alguna hay, en la cual si encontré el cd de Fabián, el encargado me lo pidió pero se trajo unos cuantos más. Este encargado me recuerda al de tu tienda de vinilos, cuando me llevo algún cd siempre me dice que tal es, me recomienda del estilo y charlamos cuando ambos tenemos tiempo. Tambiñen tengo algún vinilo.
Posted on 28 de mayo de 2009, 10:51
Carlos J. Said,
Yo no tengo gustos demasiado rebuscados, pero hubo un tiempo en que me encantaba ir al videoclub o la tienda de discos, y preguntar que tal estaba este, y me flipaba que el tipo de turno supiera perfectamente de que iba, si me iba a gustar o no...
Yo tambien me compro los originales que me gustan, con lo que conlleva escuchar a la gente extrañada, y tambien tengo mis discos que busco sin parar como filtro entre las estanterias: si no tienes este, no creo que encuentre demasiado :)
Posted on 28 de mayo de 2009, 12:18
H Said,
Para mí que sí!! Nate, te has hecho viejo!jajaja ;)
Me ha encantado. De hecho, según lo leía, me ha entrado una especie de nostalgia. La verdad es que quedan pocas tiendas de este estilo, y es una pena.
Algo parecido me pasa a mí con el librero de debajo del curro. Le encanta comentarme su última lectura y hacerme recomendaciones, que sabe me gustarán. Rara vez falla. Y claro está, me encanta!
Un abrazo viejo ;)
Posted on 28 de mayo de 2009, 20:43
Nathaniel Said,
Hola Athelas, yo ahora voy mucho a Fnac, pq me queda más a mano y al final, la comodidad acaba obligando un poco, pero ese trato cercano no tiene precio. Aunque en Fnac hay algún tío bastante cojonudo, pero no es lo mismo.
Lupin, un día te cuento mis historias de videoclub, que tpco tienen desperdicio.
H, lo de la edad empieza a preocuparme, que ya me empiezan los achaques... :S Yo soy muy de biblioteca, porque soy muy inconstante leyendo y si no me engancha, lo dejo sin acabar.
Señores, arriba los pequeños comerciantes del ocio! Un saludo a todos!
Posted on 28 de mayo de 2009, 23:58