Un caramelo deliciosamente agrio
Cuatro años de larga espera es lo que ha tardado Ainara LeGardon en sacar su tercer disco, tras haber superado unos problemas de espalda que la obligaron a estar sin tocar durante meses (cancelación de gira incluída). El resultado es un álbum meditado, amargo y, sobre todo, virtuosista, en el que la guitarra es protagonista absoluta en unas canciones exquisitamente arregladas. Y es que si algo llama la atención, es el salto de calidad de la artista para con el instrumento (cómo toca, cómo se recrea), más allá de su más que apreciable faceta vocal y compositiva.
“Perdóname si no vengo a dormir a casa esta noche”. Menuda declaración de intenciones. Los nueve temas son como cuchillos, versando sobre la desesperanza y hurgando en heridas (cada cual más profunda) con un sonido crudo, ahondando en ambientes gélidamente densos, que huyen de la inmediatez. Ya se sabe, como en la comida, hay que masticar despacio para digerirlo bien.
Impresiona el tempo del disco. Ninguna pieza responde a estructuras clásicas, sino que Ainara les imprime en cada momento lo que necesitan, se van desvelando de una forma tan imprevisible como natural. La energía se siente, no se oye. Basta escuchar la soberbias Sickness y Your own dirt para detectarlo. Especial mención merece Stained rounds, el cierre del disco, un clímax final de un álbum deliciosamente agrio, en el que la sombra de P. J. Harvey planea de forma terráquea y que, sin duda, merece muchos más elogios y atención que cualquiera de los hypes folkies del último año y medio. ¡Oído cocina, señor@s!
Myspace de Ainara LeGardón
Unknown Said,
Saludos soy rafa desde murcia spain he visto el blog y me gusta mucho,te sigo un cordial saludo..
http://keplernet.blogspot.com/
Posted on 15 de diciembre de 2009, 19:25