Hace unos cuantos meses me asomé al disco de Nudozurdo ante el revuelo mediático que se estaba formando a su alrededor (elegidos artista revelación en los Premios de la Unión Fonográfica Independiente). La verdad es que en aquel momento le di un par de escuchas y no me llamaron demasiado la atención, me resultaron un tanto espesos, incluso un poco aburridos (sobre todo porque había oído que giraron con Vetusta Morla y esperaba algo medianamente similar). Pero como muchas otras veces, hay discos que necesitan una digestión lenta. Y otros que hay que rumiarlos. Este es el caso de Sintética.

Hay que reconocer dos cosas: la originalidad de la propuesta y la falta de indiferencia (o te gusta o lo odias). Se le puede achacar quizá un exceso de densidad, que lo hace un poco inaccesible (es difícil engacharse con alguna canción a la primera). Pero una vez superada esa fase nos encontramos con un disco casi ambient-rock, que dibuja parajes sonoros oscurísimos, con unas guitarras tremendamente efectivas y unas letras un tanto miméticas (a veces algo repetetitivas como en Negativo, El hijo de Dios o Ha sido divertido). La extraña voz de Leo Mateos que a veces parece que habla, más que cantar, tiene su rollito, aunque cuesta cogérselo (es el principal lastre que le encuentro). Las influencias de Joy Division y The Cure planean sobre Sintética, aunque a nivel instrumental tienen momentos puntuales que me recuerdan a unos Muse light (cuando empieza a cantar, ese parecido se disipa). Así, nos encontramos con una ‘rara avis’ dentro de la música en español. ¿Alguien conoce algún grupo que hagan este tipo de música? Yo, al menos, no.

Destacan en el disco por encima del resto la brutal Mil espejos (¡vaya bajo!) y Ganar o perder, un tema con un poso tremendamente melancólico. Kamikaze quizá sea la mejor letra aunque se diluye un poco entre estrofa y estrofa con riffs un tanto excesivos. Otra vez es bastante provocativa (ya desde su primer verso) y su fluctuación de intensidad y ritmo es de lo más sugerente. No hay nadie es la canción más puramente rock del disco, tanto en forma como en estructura (buenas guitarras, un buen estribillo y algo menos de tres minutos de duración). El disco se cierra con Ido, un curioso tema instrumental que tampoco aporta demasiado.

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