Lo sé. No me lo digáis. Ya lo sé. El hombre es el único animal que tropieza dos (mil) veces en la misma piedra. Los vicios son humanos y, hasta donde yo sé, soy del club. Pues tengo el (mal) vicio de encender la tele si me aburro. Mientras vosotros estáis leyendo esto, yo ya habré agotado mis vacaciones, en las que últimamente, con todos mis amigos trabajando ya, no he tenido con quién aprovechar las mañanas. Así que me lo monté con el Ala oeste y con la tele mientras hacía la comida. Y ahí estaba mi ‘amiga’ Emma, estandarte de Telecinco y una de las neo-musas de la telebasura (las de toda la vida son Ana Rosa y la Campos, aunque a veces se las den de serias).

Vayamos al intríngulis: Mujeres y hombres, re-programado a los mediodías, para poder anunciar Eno justo cuando acabe. Que nadie trate de engañaros. No es una imitación de La media naranja o aquel que presentaba Andoni Ferreño hace años (la memoria selectiva me impide acordarme del nombre). Ahí la gente (meridianamente normal, si es que eso existe) buscaba pareja, un rollo o un minuto de gloria en la tele.

Mujeres y hombres es otra historia. Resumiéndolo podríamos decir que es un circo entre chicas neumáticas y ‘chulopiscinas’. Ellas buscan salir en el Interviú enseñando las lolas y ellos pasarse por la piedra a todas las que puedan (y vivir del cuento, todos, por descontado), todo esto camuflado con la presunta búsqueda del amor de su vida (que ell@s buscan en el interior) en citas de media hora con cámaras de televisión apuntándoles a dos metros de distancia. Qué conversaciones tan próximas, tan reales, qué veraces. Por si fuera poco tienen la ayuda de los asesores: Miriam ¿Vázquez? (anteriormente conocida como Lucía La Piedra) y Pipi Estrada. Son los Jorge Bucay particulares del programa y qué bien lo hacen. Arrojar mierda, entiéndaseme. Asesorar, no asesoran un pimiento. Y el público, cómo goza. No he visto pasión así ni en los Madrid-Barça.

¡Ah! Me olvidaba de Rafa. Qué tipo. Un piquito de oro, parece hijo de Cervantes y que 'no tiene abuela'. Un tío para nada superficial y con un talante conciliador envidiable; y sus ‘pretendientas’ (qué especímenes, en todos los sentidos) riéndole las 'gracias'. Quiero creer que esto no es una radiografía de la sociedad, pero me he vuelto tan mal pensado... Lo sé, podría estar viendo el debate de Las mañanas de Cuatro y ahorrarme todo este coñazo, pero comprenderéis que entre esto y Maria Antonia Iglesias cacareando, me quede con Mujeres y hombres… En fin, que necesitaba desahogarme.

Nota: No tengo fuerzas ni para buscar un vídeo del programa. Espero que me lo podáis perdonar.