No soy, ni mucho menos, amante de la música electrónica, y si a esto sumamos lo poco que había escuchado a Dorian hasta ahora (Cualquier otra parte y poco más), me costó vencer la pereza de ponerme a escuchar su nuevo trabajo, La ciudad subterranea. No sabía muy bien qué iba a encontrarme ni a qué atenerme, pero el pop electrónico de estos chicos no necesitó de muchas escuchas para conseguir mi aprobación. Los diez temas que dan forma a La ciudad subterranea son una nueva muestra de lo bien que saben conjugar dos estilos como el pop y la música electrónica, convirtiéndolos en espacios donde las guitarras eléctricas y bajos conviven en perfecta armonía con los sintetizadores. Quizá las letras de Dorian no sean las más profundas, puede que no hagan de la metáfora un arte, pero consiguen que cada una de sus frases encaje perfectamente con las melodías ultra-pegadizas que componen, quizá su característica más destacable. En La ciudad subterranea podemos encontrar grandes canciones, singles en potencia como mi favorita, Verte amanecer, una de las más ñoñas, Estudios de mercado, un retrato perfecto de la sociedad actual, o La mañana herida, todo un temazo. Destacan también Las malas semillas, el pedazo de single que es La tormenta de arena y por supuesto, la nueva versión de Solar, una canción antigua que han querido rescatar con un muy buen resultado.
Dorian suenan algo más crudos e intensos, tal vez algo más maduros (sin dejar de lado ese toque juvenil que tan buenos resultados les da) y es un trabajo muy a tener en cuenta para los amantes de lo electrónico, que desgastarán centímetros de la suela de sus zapatillas al ritmo de uno de los discos más esperados y bailables de los últimos meses.

"La tormenta de arena"



"Solar"



"Verte amanecer"



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