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¿Cuánto ha perjudicado el márketing a la música?

Está claro que esto elucubrar, pero ¿y si no hubiera existido la música en la radio? ¿Cómo sería la música popular hoy en día? Es posible que no hubiéramos conocido a todos los que hoy son los grandes clásicos (aunque la calidad suele imponerse). Pero quizá Bill Halley and the Comets (creadores de la primera canción considerada rock de la historia) hubieran sido equiparados a Elvis, que gozó de una fantástica promoción pero que no inventó nada (aunque calidad tenía y mucha, sin duda).

¿Qué parte del éxito de algunos grupos se debe a la radio? Yo creo que mucho; todo, en algunos casos. No hay que ser una lumbrera para darse cuenta de que si no nos metieran hasta en la sopa a ciertos grupos, pasarían sin pena ni gloria por nuestros oídos. Pero claro, la pasta manda; si pagas, te ponen las veces que haga falta en las emisoras, en las que resulta pasmosa la visión tan interesada/distorsionada de la realidad musical que ofrecen. Ya no voy al tema de realizar listas, que siempre me han parecido subjetivísimas (como mis gustos, vamos), si no de que el oyente es vago, por naturaleza, y, aún encima, se le toma por estúpido. Y es que no me diréis que el nº1 de Los 40 u otra radiofórmula es la mejor canción de la semana en este país (¿eso cómo se mide?), como pretenden hacernos creer. Nos la venden como tal, pero de Colgado en tus manos, La loba de Shakira y similares, decir que son canciones correctas, es decir mucho ya. Aunque para gustos, colores.

Claro, fuera de esta ola masiva de promoción que proporcionan las ondas, queda la tv, que es un poco lo mismo, pero con menos público potencial con intereses musicales. No hay más que ver la parrilla: en la que las cadenas privadas sólo usan la música para montar realities (¿hasta cuando esa tortura?), y en la pública se reducen a Los conciertos de Radio 3 de madrugada y No disparen al pianista, cambiando de horario cada dos meses.

La prensa escrita también está de capa caída. Y es que leer algo sobre música, sin tener la posibilidad de escucharlo para tener opinión, tampoco tiene sentido. Así, los periódicos dedican un espacio marginal a los discos (con los espectáculos en directo, aún se estiran algo más). Tanto es así, que gran parte de las revistas especializadas han dejado su edición impresa de lado para dedicarse exclusivamente a la difusión en Internet.

Y a Internet es a dónde quería llegar. Ahora todos (o prácticamente todos) los grupos tienen myspace. Está claro que algunos lo petan, con una burrada de escuchas por canción. Pero tengo razonables dudas de que sea un buen método de promoción para alguien que está empezando. Hay tal cantidad de myspaces que resulta improbable que se llegue (sin más) a encontrarle entre la desmesurada nube de artistas que ahí aparecen. Con Youtube, ocurre lo mismo. Se necesita un filtro para todo ello. Pero el que hace cribas se come auténticos bodrios y habla de su subjetividad, que cada uno tiene la suya. Y al final, hasta en los filtros hay intereses, aunque no son meramente comerciales. ¿Con qué filtro quedarse? También los hay a patadas: portales, blogs, facebooks,...

Pero claro, Internet tiene una gran ventaja: no te impone nada. Tú gestionas lo que quieres hacer, lo que quieres leer, lo que quieres oír y ver. Y tienes acceso instantáneo a mucha información. Es la otra cara de la moneda con respecto a los otros métodos de acceso a la música, que te vienen dados.

Uno ve las estrategias comerciales de las grandes discográficas y piensa: ‘Coño, esta gente no le interesa Internet’. No ya por el pirateo (que es una gran forma de promoción y por algo filtran discos a gogó), sino porque aporta verdades. Y eso puede suponer que su producto no se venda. Te pueden estar diciendo por la radio que lo nuevo de un grupo es la repera (¿alguna vez un disco nuevo de un grupo no es bueno según la radio?) y te ponen una canción que puede ser pasable, pero ¿y el resto del disco? Y es que las emisoras no funcionan por discos, desgraciadamente, sino por singles. ¡Y cuántos singles resultones han servido de lanzadera para álbumes pésimos! El resultado: consumidor engañado. La consecuencia: consumidor frustrado. La conclusión: pérdida de respeto al mercado musical (lógica!), de modo que se piratea todo; si gusta se graba y si no se borra. Habrá que ver la evolución del Spotify y sus resultados. De momento, parece el único resquicio de honestidad que ha tenido la industria en años.

Las discográficas se quejan de las copias, pero no de cómo las radios (que, al fin y al cabo, lo que hacen es publicidad, más que informar) enfocan la promoción de sus productos. ¿O acaso los discos de los Beatles no sonaban enteros en la radio? Claro, eses tenían un porcentaje muy alto de canciones buenas, por no decir todas. Ahora con un pelotazo y diez más de relleno, se arregla. La buena, se exprime y las otras se obvian. Y en un par de meses, si te he visto ni me acuerdo.

Se produce más música de la que se puede digerir y, en demasiadas ocasiones, de calidad más que dudosa. Es bastante preocupante la escasa memoria o perspectiva que se tiene sobre las canciones (ya sólo pensando en las que puedan considerarse buenas o como mínimo respetables), que se venden como arte, pero, en la práctica, son de usar y tirar. Ni se respeta el arte, ni al artista, ni al público; es más, se los denosta. Y aún así, las emisoras siguen funcionando relativamente bien (gracias a los oyentes, claro). Eso tendríamos que hacérnoslo mirar.

Esta situación, a un grupo que ya ha llegado al gran público se la suda, porque como mucho dejará de ganar, pero pérdidas, no va a tener en absoluto. De una manera u otra, habrá conseguido a su séquito de seguidores, ya fidelizados y, en muchos casos, poco críticos, que comprarán sus discos e irán a sus conciertos de forma sistemática. Hablamos de grupos que independientemente de su calidad (en muchos casos muy buenos, hay que reconcerlo) se han convertido en una marca: U2, los Rolling o, ya en el mercado nacional, Amaral, por ejemplo. Todo lo que lleve su nombre, vende.

Pero el que empieza ¿qué? No tiene promoción, tiene los conciertos justitos o menos y (mal)vive de sus ínfimas ventas. Si se autoedita, se empufa, con el consiguiente riesgo. Si tiene discográfica y esta no suelta la tela a las radios, la promoción es mínima. A menor repercusión, más difícil conseguir bolos. La pescadilla que se muerde la cola.

La cosa está muy fea. Siempre ha sido difícil, pero ahora más. No por el pirateo (es muy fácil culpar al consumidor) si no por la propia industria y su modus operandi, a lo que hay que sumar si incapacidad para reconocer y rectificar sus propios errores (que no son pocos ni leves). ¿Cómo se invierte esa tendencia? Esperemos que la cura de humildad que están suponiendo las ventas de los últimos años sirva para algo. De momento, no se ve la luz al final del túnel.

Disculpen la chapa. Se me ha calentado la tecla.


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3 Response to "Diagnóstico diferencial: El estado de la industria discográfica"

  1. biscambú Said,

    ¿la pregunta es que si influye el marketing en la música??Todos sabemos la respuesta:PUES CLARO!!Pero creo que lo que más influye es la suerte,buena o mala,nunca se sabe.La suerte de que la persona adecuada te escuche en el momento adecuado,la suerte de conocer a alguien metido en el mundillo,la mala suerte de que alguien te rechace y que te convierte en heroe de sus enemigos,la suerte de que te echen en la primera gala de OT...Como todo en la vida para triunfar hay que estar en el sitio adecuado en el momento adecuado.

    Posted on 30 de julio de 2009, 22:15

     
  2. baggior Said,

    ...si hubiese perjudicado no habrían existido los Sex Pistols(en el punk),los Ramones,...hasta incluso Nirvana y así hasta llegar ala actualidad,porque cada uno de estos grupos se creó,o mejor dicho se encumbró para contrarrestar grupos o artistas que estaban destacando en ese momento en otros lugares.Pongo éstos como ejemplo pero pòdría decir mil más.Como dice Biscambú a veces es tener un buen contacto o suerte y depende de como se mire,incluso no tenerla es mejor,porque así por lo menos no se estropeará...

    Posted on 30 de julio de 2009, 22:27

     
  3. Nathaniel Said,

    biscambú, sólo añadiré a lo que has dicho la mítica frase de Match Point: 'El que dijo que era mejor tener suerte que talento, conocía la esencia de la vida'. Pero claro, si a la suerte o al talento le sumas una buena dosis de márketing... :D

    Creo que los grupos que nombras baggior, surgen por el agotamiento de los géneros dominantes en ese momento. Ellos ofrecían algo diferente, era una vuelta de tuerca más a los géneros (aunque lo de Nirvana ya lo habían echo parecido antes los Pixies, pero eso es otra historia). No creo que contrarrestaran nada la verdad, porque lo que en sus correspondientes épocas era el 'mainstream' (y ahora son clásicos, al igual que estos que mencionas) siguieron funcionando más que bien. En la música es muy difícil cambiar una tendencia de forma radical. La inercia del pasado nos arrastra hasta los grupos del hoy: la mayoría copias de copias. Cambian las letras, las melodías son correctas, pero las bases en las que se asientan las canciones son (en un porcentaje muy alto) siempre las mismas.

    Un saludo a los dos :D

    Posted on 1 de agosto de 2009, 20:08

     
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