Los Manic vuelven a la palestra este 2009 después del gran acierto que supuso el Send away the tiguers (2007) que cortaba una racha de dos álbumes muy discretos (Lifeblood y Know your enemy), y, eso, siendo muy benevolente. Para la ocasión recogen las letras de Richey Edwards, antiguo miembro fundador y letrista hasta su misteriosa desaparición en un puente cerca de Londres, allá por el año 1995. Recuerdo perfectamente las palabras de James Dean (guitarra y voz) en la presentación del Everything must go, primer álbum post-Edwards: “No podemos perdonarte lo que nos has hecho”. Pues parece que le han perdonado; no sé si por gusto o porque no les ha quedado otro remedio (¿la falta de inspiración?).
Journal for plague lovers es un álbum potente, muy guitarrero, que recuerda a los primeros discos de los galeses, especialmente al The holy bible. El disco empieza con tres pildorazos de primer nivel: Peeled apples, Jackie Collins existencial question time y Me and Stephen Hawking. Guitarras superpotentes y energía desbordante por los cuatro costados que arropan a unos estribillos bastante logrados (especial atención al segundo tema, de lo mejorcito). Hay que llegar a The joke sport severed para atisbar alguna guitarra acústica. Puede parecer que los Manic se van a marcar un desenchufado, pero nada más lejos de la realidad: al minuto y medio, empiezan los riffs, combinados con una sección de cuerda bastante lograda. Le siguen otros dos trallazos She bathed herself in a bath o bleach y Journal for plague lovers, para seguir con Facing page: top left (al fin una canción calmada, que incluso tiene un toque de piano).
Con Marlon J. D. se ponen ochenteros, mezclando una melodía roquera con fondo al estilo de Durán Durán, es bailable y quizá facilón, pero tiene estilo (no como las mierdas que hacen grupos que supuestamente eran roqueros como The Killers; si no decía algo malo de ellos en el blog no me aguantaba). El tramo final del disco me recuerda más a los últimos álbumes del grupo: estructuras más cercanas al pop regadas con buenas guitarras, eso sí, pero menos contundentes. Hasta llegar a William’s last words. Una corte flojísimo: carente de energía, de sensibilidad, que parece cantado un lunes por la mañana sin ganas de trabajar, que no me convence. El disco incluye un ghost track, un auténtico pastillazo de nuevo, electricidad por los cuatro costados que invita al movimiento de caderas.
Quizá los Manic estén en una fase creativa floja (no he leído las letras, no os voy a mentir), pero lo que no hay duda es que tienen estilo y calidad, y que en caso de apuro, pueden coger el viejo cajón de canciones de Edwards para salir del paso. A mí me han convencido a base de mucha caña y la magnífica voz de Dean Bradfield, reconocible y personal como pocas. Quizá no sean números uno, ni vendan tanto como los Killers (qué manía les tengo ahora, ¡ufff!), pero desde luego estilo y calidad tienen de sobra.
Un saludo Richey, allá donde estés. Yo no te echaba mucho de menos, pero tus antiguos compis te han rescatado del olvido y creo que te han hecho un homenaje muy digno. Puedes seguir descansando en paz.
Journal for plague lovers es un álbum potente, muy guitarrero, que recuerda a los primeros discos de los galeses, especialmente al The holy bible. El disco empieza con tres pildorazos de primer nivel: Peeled apples, Jackie Collins existencial question time y Me and Stephen Hawking. Guitarras superpotentes y energía desbordante por los cuatro costados que arropan a unos estribillos bastante logrados (especial atención al segundo tema, de lo mejorcito). Hay que llegar a The joke sport severed para atisbar alguna guitarra acústica. Puede parecer que los Manic se van a marcar un desenchufado, pero nada más lejos de la realidad: al minuto y medio, empiezan los riffs, combinados con una sección de cuerda bastante lograda. Le siguen otros dos trallazos She bathed herself in a bath o bleach y Journal for plague lovers, para seguir con Facing page: top left (al fin una canción calmada, que incluso tiene un toque de piano).
Con Marlon J. D. se ponen ochenteros, mezclando una melodía roquera con fondo al estilo de Durán Durán, es bailable y quizá facilón, pero tiene estilo (no como las mierdas que hacen grupos que supuestamente eran roqueros como The Killers; si no decía algo malo de ellos en el blog no me aguantaba). El tramo final del disco me recuerda más a los últimos álbumes del grupo: estructuras más cercanas al pop regadas con buenas guitarras, eso sí, pero menos contundentes. Hasta llegar a William’s last words. Una corte flojísimo: carente de energía, de sensibilidad, que parece cantado un lunes por la mañana sin ganas de trabajar, que no me convence. El disco incluye un ghost track, un auténtico pastillazo de nuevo, electricidad por los cuatro costados que invita al movimiento de caderas.
Quizá los Manic estén en una fase creativa floja (no he leído las letras, no os voy a mentir), pero lo que no hay duda es que tienen estilo y calidad, y que en caso de apuro, pueden coger el viejo cajón de canciones de Edwards para salir del paso. A mí me han convencido a base de mucha caña y la magnífica voz de Dean Bradfield, reconocible y personal como pocas. Quizá no sean números uno, ni vendan tanto como los Killers (qué manía les tengo ahora, ¡ufff!), pero desde luego estilo y calidad tienen de sobra.
Un saludo Richey, allá donde estés. Yo no te echaba mucho de menos, pero tus antiguos compis te han rescatado del olvido y creo que te han hecho un homenaje muy digno. Puedes seguir descansando en paz.
jmgil Said,
Nate, me ha ganado este disco. Y yo que los daba por desaparecidos en combate.
Te hace pasar un buen rato. Eso si, no creo que me dure más de un par de meses :)
Abrazos!
Posted on 11 de junio de 2009, 19:00
H Said,
Yo no lo he escuchado. Pero sí que es verdad que el grupo fue de más a menos! Si lo ponéis tan bien, lo escucharé!
;)
Posted on 12 de junio de 2009, 11:50
Nathaniel Said,
jm, la semana pasada como bien recordarás 'perdonabas' a un disco que te arreglaba un fin de semana. No diremos el nombre, por si acaso... :P. Si este te arregla un par de meses! Joder, será que es un discazo! :P
H, a mi me ha gustado. Es muy cañero. Disiento en lo de que han ido de más a menos. Para mí la cúspide de su carrera son sus discos centrales (This is my truth tell me yours y Everything must go). Aunque el anterior ya me había gustado mucho. En todos los discos tienen buenas canciones. Lo que varía es la proporción de las mismas en cada uno.
Un saludo a los dos!
Posted on 12 de junio de 2009, 14:58